martes, 11 de junio de 2013



Hoy en día es fuente de formación de los oficiales del cuerpo de comando: Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros y Comunicaciones y de las especialidades de Arsenales e Intendencia y servicio de Sanidad (enfermeras profesionales).
También ha pasado a ser un Instituto Universitario de donde uno reside como "cadete", con opciones de estudio entre las que se encuentran las carreras de licenciatura en Conducción y Gestión Operativa (Cpo Cdo) y Enfermería Profesional. Pero el principal Título con el cual uno egresa es el de Subteniente del Ejército Argentino.
Actualmente cuenta con 1500 cadetes pero puede albergar a más de 2000 de ellos. No todos pueden soportar la dura instrucción militar y el régimen de internado, por lo que terminan pidiendo retirarse del instituto. Los cadetes cuentan con variadas instalaciones para el estudio, como Aulas de Computación, Aulas de Cartografía, Laboratorios de Idiomas y Química/Física, una Biblioteca con más de 20000 volúmenes y otros servicios.

 


Domingo Faustino Sarmiento
En 1869, aún no acallados los ecos de la Guerra del Paraguay, siendo Presidente de la Nación Domingo Faustino Sarmiento, surgió la inquietud de organizar un instituto de formación de oficiales para el Ejército. La idea no era nueva, pues varios ensayos se habían hecho en ese sentido desde los días de mayo de 1810, sin embargo todos ellos tuvieron corta existencia.
Unos años antes, en 1860, en un mensaje que Derqui leyera ante el Congreso de Paraná como Presidente de la Confederación, hizo una serie de consideraciones sobre la necesidad de crear una escuela militar, si bien lamentó los inconvenientes e imposibilidad de organizarla en ese momento.
El 9 de agosto de 1869 cuando aún no había cumplido el primer año de su mandato constitucional, Sarmiento envió un mensaje a la Cámara de Diputados adjuntando un proyecto para la creación de una escuela castrense que proveyera de oficiales altamente capacitados para mandar al Ejército.
Así el Congreso se abocó al estudio del mismo y tras algunos debates fue aprobada la Ley por ambas cámaras con el número 357 que autorizó al Poder Ejecutivo para la formación de una escuela militar.
Promulgada el 10 de octubre de ese mismo año esa Ley 357 se convirtió en la piedra fundamental del Colegio Militar de la Nación.
De inmediato el gobierno designó una comisión militar especial a efectos de proponer el reglamento y plan de estudios de la nueva escuela. Se recurrió para esta tarea a un selecto grupo de oficiales, veteranos de muchas campañas y que habían acreditado destacadas condiciones intelectuales; eran ellos el Brigadier General D. Emilio Mitre, el General D. Indalecio Chenaut, el Coronel D. Mariano Moreno, el Coronel D. Juan F. Czetz y el Sargento Mayor V. L. Peslouan.

 

Cerca de dos meses llevó a la comisión completar la tarea, que permitió al P.E. dictar un decreto el 22 de junio de 1870, oficializando lo propuesto. Dicho documento, firmado por el presidente Sarmiento y refrendado por el Ministro de Guerra General Martín de Gainza, designó como cuartel del Colegio Militar al edificio que sirviera de residencia a Juan Manuel de Rosas y al mismo tiempo nombra Director del Colegio Militar al Coronel de origen húngaro D. Juan F. Czetz y a los primeros oficiales.
 
Ramón L. Falcón, primer alumno del Colegio, que luego destacaría por su represión del movimiento obrero.
El edificio, que desde Caseros había sido destinado a distintos menesteres en forma temporaria, era de estilo colonial y de grandes proporciones para la época. En sus aulas y recintos se mantenían aún, muebles, estufas, alfombras, arañas y espejos que ornamentaron el lugar en tiempos de su primitivo propietario. Algunos de ellos, como un conjunto de rojos sillones de jacarandá, un escritorio de caoba, una cómoda y una caja de caudales, forman hoy el mobiliario del museo que funciona en la casa histórica de Caseros, dentro del predio del Colegio Militar en El Palomar.
El edificio se erguía al N.O. de la ciudad, distante de ella cerca de una legua, en los terrenos limitados por el arroyo Maldonado y el Río de la Plata. Su construcción databa de 1838.
La primera tarea del flamante director, el Coronel Juan F. Czetz, fue la adaptación de las instalaciones para la nueva función. Meses más tarde, el 19 de julio de 1870, ingresaba el primer alumno del Colegio, Ramón L. Falcón.
Este edificio, que había sido construido para albergar a una familia y al personal de servicio, llegó a cobijar en 1892 a 118 cadetes a los que había que agregar el cuadro de oficiales, el claustro de profesores y el personal de tropa y servicio.
Por espacio de 22 años, el caserón de Palermo de San Benito sirvió como cuartel del Colegio Militar y 17 promociones de oficiales egresaron de sus aulas, antes de ser abandonado en 1892 en búsqueda de mayor espacio.
Para entonces, el Colegio habría alcanzado un alto prestigio académico, formando a los cadetes en un riguroso secundario que, por la época, se consideraba de excelencia y se ubicaba entre las mejores academias militares del mundo

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